Revista de creación literaria en busca de creadores del mundo

domingo, 3 de noviembre de 2013

2099-b, de VV.AA. (Reseña nº 570)

VV.AA.
2099-b
Ediciones Irreverentes, junio de 2013

Ha pasado el suficiente tiempo para atreverme a confesar un episodio de mi existencia que, llegado el Caos, no tendrá repercusión sobre mi vida, y aún así, me tiembla la mano que sujeta el lápiz.

Siempre me recuerdo con el lápiz a cuestas, desde mi más temprana edad, en un tiempo  ya casi olvidado. Con el lápiz a cuestas y con papeles, folios, cuartillas... cuando la palabra reciclar formaba parte de la ciencia ficción humana. Nuevamente me ocurre, como mantequilla sobre el pan, me extiendo sin reconocer los límites...

Regreso al principio. Hoy, llegado el Caos en el que nos ha sumido la Déspota, de gobierno para el Partido Único, con los del Partido Único y contra el Pueblo, afirmo que fui uno de los bibliotecarios en Términus, y allí hubiese seguido, soñando con que la redacción de la Enciclopedia Galáctica era nuestro objetivo si ella, su nombre no lo revelaré, no me despierta del engaño al que nos había conducido muy inteligentemente Hari Sheldon.

Fueron años donde el conocimiento universal se concentró en un pequeño punto del Universo y, todos sin excepción, nos contaminamos del saber universal, éramos lo más cercano a Dios que jamás nadie ha estado, teníamos acceso a TODO, nada escapó a nuestra recopilación. Y aquella semilla dio sus frutos.

Cuando me exilié en este moribundo planeta, era inevitable que el saber que me envolvía como un aura luchase por escapar, y fue nuevamente ella quien me animó a poner sobre el papel mis pensamientos, mis sueños, mis ilusiones, mis desilusiones. Fue de esta forma como entré en contacto con el mundo de lo que aquí se llaman “escritores”.

Han pasado unos cuantos años, es verdad, lentos años en el Universo, casi segundos en la vida humana, en los cuales he publicado algunos libros, en diferentes géneros literarios que no viene a cuento citar, pues no es el caso que nos ocupa. Mi nombre es conocido en el “mundillo” (Tobías Grumm dixit) de la fantasía, la ciencia ficción, la poesía, el terror, incluso el ensayo en temas de seguridad- permitidme una sonrisa, un agradable recuerdo de mi labor secundaria en Términus- y esa condición de ser conocido en el “mundillo” llevó Miguel Ángel de Rus a pedirme, un veinticuatro de octubre del año terrícola de 2012, que fuese el editor literario de lo que iba a llamarse 2100, prometiéndome “un curro de cojones” como premio a la labor de leer cientos de relatos que, estaba seguro, y así se confirmó, llegarían desde España e Hispanoamérica.

Acostumbrado a la inmediatez que aprendimos de Hari Sheldon, tardé en contestarle seis minutos terrícolas. Y no porque me lo pensase, sino por que fue lo que diferí en leer su mensaje en el Facebook. Y él, los humanos son así, se puso tan contento que me “enmarronó” al instante, utilizando su propia terminología.

Para mí aquello significaba leer, corregir, clasificar, planificar, decidir... lo más parecido a mi trabajo en... pero otra vez me extiendo como mantequilla. En diferentes correos electrónicos y llamadas en lo que, con mucho humor, los humanos llaman teléfonos inteligentes, planificamos solicitar relatos de CiFi en toda la variedad que a los creadores se les pudiese ocurrir.

El resultado, desconocido lector, lo tienes en las manos. Hemos llevado a cabo la mejor selección posible desde nuestra condición de antiguo Bibliotecario.

Encontrarás autores y autoras de España, Venezuela, Brasil, México, Cuba, Costa Rica, Argentina... La respuesta ha sido tan positiva que ya se piensa en futuras entregas de la serie 2099, que no defraudará al amante ni al neófito del género.

Me alegro de haber participado en esta aventura. Es mi tercer libro como editor literario y el inicio de una buena amistad con M.A.R.

Francisco Javier Illán Vivas
Éste es el prólogo de la obra colectiva que os comento. Lo escribí el 2 de abril de 2013, día del Bando de la Huerta.

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